Según la Organización de Estados Americanos (OEA), la elección presidencial realizada en Bolivia, el 20 de octubre de 2019, estuvo marcada por un fraude tendiente a favorecer la reelección del presidente Evo Morales, candidato del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) [
1].
La Constitución boliviana estipula que un candidato a la presidencia de la República gana la elección presidencial en la primera vuelta si obtiene más del 50% de los votos válidos o el 40% de los votos válidos con un 10% más de votos que el segundo candidato más votado. Si ningún candidato logra esas cifras, los dos candidatos más votados van a una segunda vuelta (balotaje).
En la noche del 20 de octubre de 2019, los primeros resultados anunciados daban la victoria al presidente Evo Morales –que buscaba la reelección– pero todavía existía la posibilidad de una segunda vuelta. Sin embargo, se produce una interrupción del conteo de los sufragios, cuando ya se había contabilizado el 83% de las urnas. En ese momento, el candidato Carlos Mesa Gisbert, ex presidente y principal adversario del presidente saliente Evo Morales, y la OEA sospechan que Morales estaba preparando un gran fraude. Cuando se reanuda el conteo, 22 horas después, se anuncia la reelección de Evo Morales en la primera vuelta.
Pero Carlos Mesa y la OEA denuncian una manipulación del escrutinio, en cuestión de horas la OEA publica un informe acusador, se inicia una ola de graves disturbios –además de amenazas e incluso ataques físicos contra alcaldes, senadores y diputados del MAS a través del país.
Evo Morales es proclamado presidente reelecto pero el ejército y la policía lo “invitan” a dimitir, lo cual finalmente hace en aras de poner fin a la violencia. Tras él dimiten los presidentes y vicepresidentes del Senado y de la Cámara de Diputados –miembros del MAS– mientras que la segunda vicepresidente del Senado, la opositora Jeanine Áñez, se autoproclama presidente interina de la República. Evo Morales sale del país hacia México, desde donde denuncia un golpe de Estado.
Cuatro meses después, dos investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT), John Curiel y Jack R. Williams, especialistas en estadística, acaban de publicar, el 27 de febrero de 2020, un estudio detallado de las eventuales anomalías que pudieran aparecer en la progresión de los resultados antes y después de la interrupción del conteo.
Los dos especialistas del MIT subrayan que nada, absolutamente nada, justifica las acusaciones de fraude plasmadas en los informes (2) de la OEA [
2].
Cuba y Venezuela no son miembros de la OEA.
https://www.voltairenet.org/article209414.html
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