El ‘socialismo mundial’ es una cortina de humo para ocultar el orden neofeudal globalista

 

Por Daniel Estulin

Año 2021. Es una época de gran innovación y avance tecnológico. Sin embargo, también es un tiempo de caos y conspiraciones: de crisis financiera en todo el mundo, de desplazamientos masivos de población, y en el que los ricos se hacen más ricos, más poderosos y temerosos cada día que pasa. En 2021, las corporaciones tienen más poder que cualquier gobierno del planeta. Estas empresas han logrado arruinar a los gobiernos y los han subordinado a los intereses de la élite. El colapso final para “Un Gobierno Mundial” está finalmente sobre nosotros.

Los conceptos de democracia y libertad habrán desaparecido sólo para ser reemplazados por una dictadura de alta tecnología basada en la vigilancia, el monitoreo, el adoctrinamiento de los medios de comunicación, la opresión policial y una división radical de las clases sociales. La gran mayoría de los ciudadanos viven en condiciones de un país del tercer mundo: constantemente sometidos a la pobreza, el hambre, la enfermedad y el exterminio.

En 2036, la explosión demográfica mundial alcanzará los 10.000 millones de habitantes. Para 2036, casi 2/3 de la población mundial vivirá en zonas de estrés hídrico. Esta no es una mera teoría conspirativa, como sugiere el New York Times. Todo esto se detalla en un informe de 91 páginas, The Strategic Trends 2007-2036, la columna vertebral de la política de defensa del Reino Unido. Enfrentado a una severa recesión económica mundial, transmitida a través de la economía globalizada, podría llevar a un colapso del sistema político internacional y a un completo colapso económico.

El informe continúa diciendo: “Con la destrucción de las repúblicas de los estados-nación y la creación de mega-bloques económicos, que están vinculados entre sí a través de un mercado globalizado, los países independientes serán reemplazados por Mega-Ciudades con bases poblacionales superiores a los 30 millones de personas que ya han experimentado una anarquía endémica y altos niveles de violencia.”

La crisis de COVID-19 ha proporcionado un pretexto para promulgar finalmente el tipo de cambios institucionales y la convergencia de los sistemas económicos, monetarios, tecnológicos, genómicos, ambientales, militares y de gobierno que llevarán a “Un Nuevo Orden Mundial” —el plan que la élite global ejecutará a través de el “Gran Reseteo” o “Gran Reajuste”.

El Gran Reajuste implicaría grandes transformaciones en cada uno de estos dominios, cambios que no sólo alterarán nuestro mundo, sino que también nos llevarán a “cuestionar lo que significa ser humano”.

El Gran Reajuste implica específicamente “la Cuarta Revolución Industrial”, o transhumanismo, que incluye la expansión de la genómica, la nanotecnología, la robótica, los avances en la ingeniería genética, y la fusión de la humanidad y la post-humanidad en la creación de un nuevo Supremo Homo Híbrido. Estamos siendo conducidos hacia un gobierno supergubernamental cada vez más centralizado, coordinado y expandido con la convergencia de corporaciones y estados, la vigilancia total con el uso de algoritmos de predicción, 5G y monitoreo en tiempo real.

Por eso estamos ahora en un punto, en el que o bien el pueblo gana, y se las arregla para restaurar el tipo de gobierno que necesitamos en todo el mundo. O este mundo se va a ir al infierno, porque la crisis no se rendirá. La gente morirá de hambre, morirá en números cada vez mayores; matarán por comida, refugio y desesperación. La estructura de la sociedad será destruida. Y por lo tanto, o ganamos esta lucha contra este mal, o no habrá nada por lo que luchar.