La siguiente grabación (DOD ID: 149AZ2) fue filmada por el Departamento de Defensa en una sala de conferencias en el Pentágono (BC232) el 13 de abril de 2005. Según la fuente que publicó el vídeo [1], un tal Joey Lambardi lo filtró en 2012 —lo que aparentemente le costó ir a prisión.
En el vídeo aparece un hombre que se asume es un científico, dando una conferencia sobre el cerebro y un gen llamado VMAT2 a un grupo de hombres en traje, así como militares uniformados. El hombre habla sobre religión y muestra una serie de escáneres cerebrales de resonancia magnética.
El hombre dice que la inhibición del VMAT2 podría, con el tiempo, causar que el cerebro de una persona cambie de una estructura cerebral religiosa, lo que científicamente, es llamado fenotipo, a una estructura cerebral no religiosa. Aparentemenrte, VMAT2 es el nombre científico de lo que se conoce como el “Gen de Dios.”
Al final del clip, el expositor informa que presentó una propuesta bajo el nombre de FunVax para comenzar a experimentar con el gen VMAT2 con el objetivo de crear un virus, como el virus de la gripe, que eliminaría o reemplazaría este gen de las personas en el Medio Oriente para lograr objetivos geoestratégicos —por ejemplo, eliminar la diversidad religiosa para establecer la paz en Oriente Medio.
Esto es contradictorio por dos razones. En primer lugar, se sabe que la religiosidad de grupos musulmanes radicales no representa ningún peligro real para el pueblo estadounidense, pues son el complejo militar industrial de EE.UU. y el imperio británico los que financian y coordinan el terrorismo musulmán a pedido de la nobleza negra internacional.
Además, la “pacificación” de Oriente Medio basada en la eliminación de su religiosidad parecería estar más bien relacionada con el objetivo geoestratégico de borrar barreras religiosas, culturales, etc. para establecer un régimen mundial totalitario.
En segundo lugar, según expertos, eliminar el “gen de Dios” no implica extirpar un “gen” en sí, sino afectar al cerebro para que los humanos pierdan su espiritualidad. Pues cuanto menos espiritual es una persona, se vuelve más controlable e influenciable.
De hecho, se ha demostrado que ya hubo una intervención genética de este tipo en algún momento de la prehistoria (2).
En 2013, el matemático Vladimir Scherbak (Universidad de Al-Farabi) y el astrobiólogo Maksim Makukov (Instituto Astrofísico de Fesenkov, Kazajistán), retomaron el misterioso código numérico incrustado en el ADN humano y encontrado un año antes por los científicos de Boston, y descubrieron que no era otra cosa que un algoritmo informático, como el de una computadora, un patrón que no obedecía a nada natural y que necesariamente había sido creado de forma artificial.
¿Qué hace un algoritmo en el ADN humano? Cambiar resultados aleatoriamente, o a placer de quien lo programó. Y eso es lo que investigadores como el catedrático Carlos Delfino, han llamado “La gran intervención de la raza humana.” Pues lo que se hizo con la incrustación del código genético fue básicamente realzar la parte material sobre la parte espiritual, o el “cuerpo” sobre el “alma” en términos del dualismo cuerpo-alma que ha sido una cuestión eternamente pendiente en la antropología filosófica.
“Es decir, nos programaron con el materialismo y toda la cultura que se fundó después fue en torno a los objetos materiales. Así pasaron años, siglos, milenios, pues esto ocurrió desde antes de la gran catástrofe diluviana, volviéndonos idólatras del materialismo.” (Fuente: Carlos Delfino en La Gran Intervención de la Raza Humana) (3).
0 Comentarios