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Cómo Netanyahu falsifica la actualidad por Thierry Meyssan

 En el mundo occidental, la opinión pública cree estar correctamente informada sobre lo que acontece en Gaza. Pero no es así. Las imágenes que vemos han sido previamente seleccionadas. Los comentarios que escuchamos o leemos en los medios de prensa no permiten entender lo que sucede, más bien están concebidos precisamente para que nos formemos una opinión errónea. Y toda opinión disidente es objeto de censura.


Imagen captada desde un bombardero israelí.

Como todas las guerras, la guerra de Israel contra la población palestina incluye un enfrentamiento mediático. La Resistencia palestina no necesita relatar la injusticia que motiva su lucha porque esa injusticia está a la vista de todos. Más bien trata de resaltar algunos de sus aspectos.

Pero Israel sí se ve obligado a tratar de convencer a todos de su “buena fe” y eso, al cabo de tres cuartos de siglo de constantes violaciones del Derecho Internacional, está lejos de ser tarea fácil.

Antes del ataque

Desde el ataque de la Resistencia palestina, el 7 de octubre de 2023, Israel viene haciendo uso de todos sus recursos y medios para hacernos creer:
 que el ataque fue una operación de los yihadistas del Hamas y
 que la cúpula del gobierno israelí no estaba al tanto de su preparación.

El papel del Hamas

Lo cierto es que en el ataque del 7 de octubre participaron las diferentes facciones palestinas, con excepción de al-Fatah [1]. El Hamas se definía hasta hace poco como «la rama palestina de la Hermandad Musulmana», lo cual se menciona en todos sus documentos. Identificándose de esa manera, el Hamas luchó contra los laicos seguidores del líder histórico de los palestinos, Yaser Arafat, contra los militantes, también laicos, del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), encabezado por George Habache, y contra los sirios laicos defensores de la República Árabe Siria, reunidos alrededor del presidente Bachar al-Assad. En aquel momento, el Hamas veía a todos esos combatientes como «enemigos de Dios». El Hamas contaba entonces con financiamiento de Israel y, en Siria, los hombres del Hamas recibían órdenes de oficiales del Mosad israelí y de la OTAN.

Sin embargo, después del fracaso de la Hermandad Musulmana en Egipto y de su derrota en Siria, el Hamas se dividió en dos corrientes. Una de ellas, dirigida por Khaled Mechaal y todavía fiel a la Hermandad Musulmana, sigue planteándose como objetivo final el establecimiento de un califato mundial. La otra ha optado por reorientar su acción hacia la liberación de Palestina. Por iniciativa de Irán, esta segunda corriente en el seno del Hamas ha restaurado su relación con Siria –su líder, Khalil Hayya, fue así recibido en Damasco por el presidente sirio Bachar al-Assad. Esa corriente interna del Hamas reanudó también las relaciones con el Hezbollah libanés, llegando a participar, en Beirut, en reuniones con líderes del Hezbollah, junto a otros componentes de la Resistencia palestina.

El presidente sirio, Bachar al-Assad, recibió en Damasco a Khalil Hayya, el 19 de octubre de 2022.

Todos los componentes de la Resistencia palestina se concertaron para realizar el ataque del 7 de octubre, acordando que los participantes capturarían la mayor cantidad posible de civiles y de militares para canjearlos por los civiles y los combatientes palestinos detenidos en Israel. Hoy se sabe que el Hamas escogió unilateralmente el 7 de octubre para la realización del ataque y que esa fecha fue comunicada a las demás facciones palestinas participantes sólo horas antes del inicio de la operación. En todo caso, la mayoría de los combatientes palestinos eran miembros del Hamas, aunque también participaron el FPLP y la Yihad Islámica –vinculada esta última a Irán.

El secretario general del Hezbollah, Hasan Nasrallah, recibió al número 2 del Hamas, Saleh al-Aruri, y al jefe de la Yihad Islámica, Ziad al-Nakhala.

La operación del 7 de octubre era un “secreto a voces”

La operación que se concretó el 7 de octubre se había planificado durante una reunión de coordinación realizada en Beirut, en el mes de mayo. En aquel momento, la prensa libanesa habló de aquella reunión. Los objetivos de la operación, sus blancos y el modus operandi se decidieron en aquella reunión de mayo, pero nadie sabía cuándo tendría lugar.

La inteligencia egipcia fue la primera en dar la alarma. Los servicios de inteligencia de Egipto apoyan a la Resistencia palestina, pero luchan contra el Hamas, sin ver la diferencia entre las dos corrientes existentes dentro de esa facción. Lo que inquieta a la inteligencia egipcia es la influencia que la Hermandad Musulmana ejerce aún en el seno del Hamas. El jefe de la inteligencia egipcia, Kamal Abbas, advirtió personalmente a sus homólogos israelíes [2].

El coronel israelí Yigal Carmon, director del Middle East Media Research Institute (MEMRI), avisó –también personalmente– a su amigo, el primer ministro Benyamin Netanyahu, de que algo había en preparación. Pero, según declara el coronel Carmon, Netanyahu no escuchó su advertencia [3].

La Central Intelligence Agency estadounidense (CIA) emitió 2 informes sobre los preparativos del ataque palestino. Según el New York Times, el segundo informe de la CIA, con fecha del 5 de octubre, fue enviado a las autoridades de Israel. Según el Corriere della Sera, el director del Shin Bet (el contraespionaje israelí) convocó a los directores centrales de todos los servicios israelíes de seguridad a una reunión para… el 7 de octubre a las 8 de la mañana.

Sin embargo, ciertos responsables israelíes tuvieron tiempo de reubicar el punto de reunión de la rave party excepcional para que se realizara precisamente cerca de la línea limítrofe de la franja de Gaza, y también dieron el día libre a las fuerzas que debían garantizar la protección de los participantes en ese evento [4].

Hoy en día, son numerosas las familias de los rehenes que están convencidas de que el primer ministro Netanyahu ignoró intencionalmente las advertencias recibidas para utilizar el ataque como justificación para su propia operación contra la población de Gaza.

Después del ataque

Desde el 7 de octubre, Israel se empeña en hacernos creer:
 que toda la Resistancia palestina es una pandilla de yihadistas
 y que las personas que apoyan al pueblo palestino son “antisemitas”.

El video del ejército israelí

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) montaron un video con imágenes filmadas por los participantes en el ataque palestino del 7 de octubre o tomadas de las cámaras de vigilancia instaladas en los lugares atacados. También hay imágenes captadas por los soldados israelíes. Ese video montado por las FDI busca convencernos de que la Resistencia palestina es una pandilla de bárbaros antisemitas. El video muestra escenas indudablemente espantosas de una familia cuyo padre es asesinado frente a sus hijos y de un yihadista que trata de cortar la cabeza de un cadáver utilizando una pala. No se ven en ese video violaciones ni descuartizamientos. También hay imágenes de cuerpos carbonizados, lo cual sugiere al espectador que fueron quemados por los combatientes palestinos. En realidad, esos cuerpos incinerados son los restos de víctimas alcanzadas por los misiles de los helicópteros israelíes enviados para enfrentar a los atacantes. Es importante saber que, en virtud de la «Directiva Hannibal» de las FDI, los soldados israelíes tienen que ocuparse en primer lugar de liquidar a los “terroristas”, sin importar las víctimas colaterales israelíes que puedan causar.

El video montado por las FDI fue mostrado a los diputados del parlamento israelí, a la prensa extranjera acreditada en Israel y a los miembros del Congreso de Estados Unidos. Y posteriormente Israel ha organizado también proyecciones en los parlamentos de los países miembros de la OTAN. Sólo el parlamento de Bélgica se negó a ver el video de las FDI, subrayando que ese material no cuenta con el aval de expertos no vinculados a Israel. En todo caso, el video de las FDI ha sido mostrado a ciertos periodistas, seleccionados, en las capitales occidentales.

Hasta ahora, las autoridades israelíes han puesto a la disposición del público en general sólo los 10 minutos de imágenes que incluimos a continuación.

Las autoridades israelíes dicen que es por respeto a las víctimas que no ponen todo el video de las FDI a disposición del público en general. Cabe preguntarse, ¿por qué se parte del principio que un público restringido será más respetuoso? Lo que en realidad se quiere es impedir que los especialistas descubran las “costuras” del montaje.

Las manifestaciones “contra el antisemitismo”

Para lograr que la opinión pública occidental respalde su causa, relativizando la masacre que se perpetra en Gaza, Israel estimula la organización de manifestaciones de apoyo en los países de Occidente. Ante la imposibilidad de exhortar la gente a salir a la calle para expresar respaldo a un ejército que está cometiendo un genocidio, transmitido prácticamente en vivo por la televisión, el Mosad sugiere la realización de manifestaciones “contra el antisemitismo” que Israel atribuye al Hamas.

Pero el hecho es que el Hamas surgió de la ideología de la Hermandad Musulmana, que es supremacista sunnita, y que durante mucho tiempo combatió, prioritariamente, a los musulmanes chiitas y drusos. Fue ciertamente antisemita, pero exactamente por la misma razón que lo llevaba a luchar también contra todas las demás denominaciones de la religión musulmana y contra cualquier otra religión.

El Mosad también ha utilizado a veces otro argumento: afirma que los inmigrantes árabes apoyan al Hamas y son por consiguiente antisemitas, así que los Estados europeos tendrían que tomar medidas para proteger a “sus” judíos.

La manifestación organizada en Washington denunció así, en primer lugar, la supuesta barbarie del Hamas, y la de París se centró en la lucha contra el antisemitismo. Pero ninguna de las dos atrajo ingentes masas de manifestantes. Numerosas asociaciones judías boicotearon la manifestación de Washington, que reunió 200 000 personas, principalmente cristianos sionistas. La gente que acudió a la manifestación de Washington estaba más interesada en oír al telepredicador evangélico John Hagee que en ver al presidente israelí, Isaac Herzog.

En París, la “marcha contra el antisemitismo” estuvo encabezada por los presidentes del Senado y de la Asamblea Nacional y todos sus predecesores, por la jefa del gobierno y todos sus predecesores y por el presidente del Consejo Constitucional y sus predecesores. Pero detrás de ellos sólo había algunas decenas de miles de personas. Dos personalidades francesas brillaron por su ausencia, los ex ministros de Exteriores Roland Dumas –también ex presidente del Consejo Constitucional– y Dominique de Villepin –quien también fue primer ministro. Tanto Roland Dumas como Dominique de Villepin son conocidos como políticos que se opusieron en su momento a los dictados del imperialismo, o sea a los gobiernos de Estados Unidos y de Israel.

Hace décadas que Israel afirma que el antisionismo es una fachada tras la cual se esconden los antisemitas. Poco a poco, Israel ha tratado de conformar una amalgama con esos dos conceptos. Pero el antisemitismo europeo es una forma de xenofobia que comenzó bajo el imperio romano, prosiguió bajo la iglesia católica y se prolongó bajo el nazismo.

El antisemitismo europeo acusa colectivamente a todos los judíos de insurrección, de haber matado a Cristo y de provocar la degeneración de la raza aria. Pero el antisionismo es una opinión política según la cual el nacionalismo judío no debe ponerse al servicio de un proyecto colonial. Hoy en día, la mayoría de los judíos estadounidenses son antisionistas, mientras que la mayoría de los judíos europeos son sionistas.

En Francia, el senador Stephane Le Rudulier (republicano) acaba de presentar un proyecto de ley tendiente a reforzar las sentencias posibles por injuria y llamado al odio o a la violencia… cuando esos delitos se cometen contra el Estado de Israel.

Además de que habría que preguntarse porqué la injuria y los llamados al odio o a la violencia serían más graves por estar dirigidos contra Israel, es importante recordar que en 1975 hubo un debate mundial sobre la naturaleza del sionismo.
 La Organización de la Unidad Africana (OUA) resaltó entonces que «el régimen racista en la Palestina ocupada y el régimen racista en Zimbabwe y Sudáfrica tienen un origen imperialista común, que forman un todo y que tienen la misma estructura racista, y que están orgánicamente vinculados en su política destinada a oprimir la dignidad y la integridad del ser humano».
 El Movimiento de Países No Alineados calificó el sionismo de «amenaza para la paz y la seguridad del mundo» y llamó todos los países a oponerse a esa ideología «racista e imperialista».
 Finalmente, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 3379, que tipificaba el sionismo como una «forma de racismo y de discriminación racial» [5].

La resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU se abrogó en 1991, con la esperanza de lograr que Israel pusiese en aplicación las decisiones adoptadas en la Conferencia de Madrid sobre Palestina. Los textos de la Organización de la Unidad Africana y del Movimiento de Países No Alineados siguen estando en vigor y, dado el hecho que Israel nunca aplicó las decisiones de la Conferencia de Madrid –y que también ignora todos los textos y decisiones internacionales sobre Palestina– varias veces se ha planteado la posibilidad de restaurar la resolución 3379 de la Asamblea General.

El montaje israelí sobre el hospital Al-Shifa

Es en ese contexto de intensa propaganda mediática que las fuerzas armadas de Israel trataron de escenificar el “descubrimiento” del puesto de mando subterráneo del Hamas bajo el mayor hospital de Gaza. Un oficial de Relaciones Públicas de las FDI explicó ante las cámaras –de las FDI– que los soldados israelíes habían encontrado armas en el hospital Al-Chifa y que un pedazo de cuerda atado a la pata de una silla demostraba que los rehenes del Hamas habían estado retenidos allí.

Mientras que la opinión occidental debate sobre si las “pruebas” israelíes son convincentes o no, se olvida la historia del hospital Al-Shifa, que fue construido por Israel en 1983 [6], lo cual quiere decir que los militares israelíes tienen todos los planos de esa instalación. El Mosad instaló el Hamas en los sótanos de Al-Shifa, cuando el Hamas luchaba contra al-Fatah. Al-Shifa se convirtió después en el lugar donde los responsables del Hamas solían reunirse con periodistas extranjeros. Pero nada de eso convierte esa instalación sanitaria en un arsenal ni en un puesto de mando militar.

Durante el actual episodio de la guerra de Israel contra los palestinos, las fuerzas armadas israelíes han acusado al Hamas de haber excavado túneles bajo el hospital Al-Shifa. Primero decidieron destruirlo con bombas penetrantes, para alcanzar los túneles. Pero, ante las protestas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las FDI tuvieron que renunciar a arrasar el hospital y lo que hicieron fue cercarlo. Rodeados por tanques y soldados israelíes armados hasta los dientes, 2 300 personas –pacientes, miembros del personal sanitario del hospital y refugiados– se rindieron entonces a las fuerzas israelíes, que los registraron sin muchos miramientos.

Dos días después de haber penetrado por la fuerza en Al-Shifa, las FDI dijeron haber encontrado el “cuartel general” del Hamas bajo ese hospital. Pero las imágenes divulgadas por Israel sólo muestran un pozo, cerca del hospital, que supuestamente conduciría a los famosos túneles, pero sin mostrar imágenes de una sala que pudiese servir de cuartel general.

Lo que sí está comprobado es que los disparos y bombardeos contra el hospital, la falta de electricidad en esa instalación sanitaria –la más importante de Gaza– y el registro a fondo que los militares israelíes realizaron allí han costado la vida a numerosos pacientes y heridos que allí se hallaban. En un anuncio con aires de macabra y cruel ironía, las FDI dijeron haber llevado a Al-Shifa una decena de incubadoras para bebés prematuros, aparatos que no pueden funcionar… por falta de electricidad, como reportan Reuters y la BBC.

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