En el punto álgido de los confinamientos y mandatos de la covid, una porción enorme de la economÃa global fue cerrada, lo que provocó inestabilidad en la cadena de suministro, enormes pérdidas de empleos y una crisis estanflacionaria. Sin embargo, los propagandistas del cambio climático argumentaron que el evento fue en realidad positivo para el planeta cuando se reveló que las emisiones cayeron un 5,4%. Afirmaron que los bloqueos por covid eran una práctica para lo que llamaron "bloqueos climáticos": presentar un plan para interrupciones programadas de la actividad económica mundial como un medio para frenar los efectos del cambio climático.
Los globalistas también presentaron los bloqueos climáticos como una especie de castigo social colectivo en caso de que las poblaciones se negaran a reducir la producción de carbono por sà mismas. "contribuyente a la agenda" del Foro Económico Mundial Como argumentó Mariana Mazzucato, en 2020:
"Bajo un “bloqueo climático”, los gobiernos limitarÃan el uso de vehÃculos privados, prohibirÃan el consumo de carne roja e impondrÃan medidas extremas de ahorro de energÃa, mientras que las empresas de combustibles fósiles tendrÃan que dejar de perforar. Para evitar tal escenario, debemos reformar nuestras estructuras económicas y hacer el capitalismo de manera diferente.
Muchos piensan que la crisis climática es distinta de las crisis sanitaria y económica causadas por la pandemia. Pero las tres crisis –y sus soluciones– están interconectadas..."
Después de un revuelo público por la idea de extender los confinamientos pandémicos a los confinamientos climáticos, los medios del establishment pasarÃan a "verificar los hechos" del tema y afirmarÃan que se trataba de una "teorÃa de la conspiración". Mintieron.
Los confinamientos pandémicos acabarÃan resultando inútiles; una sangrÃa desastrosa para la economÃa global que no hizo nada para evitar la propagación del virus covid. Pero como vimos con la mayorÃa de las restricciones instituidas durante la pandemia, el objetivo nunca fue proteger la salud de la población. Más bien, el objetivo era aclimatar a la población a una lista exponencialmente creciente de violaciones de sus libertades básicas.
Una organización que tiene un claro interés en disminuir la actividad económica con el fin de prevenir el calentamiento global es el Fondo Monetario Internacional (FMI). En un reciente 'llamado a la acción climática global', el FMI afirma que las restricciones a la actividad económica y a la actividad general de emisiones tendrÃan que superar con creces las impuestas durante la pandemia para alcanzar el objetivo de temperatura declarado de menos de 1,5 °C.
Es posible que los bloqueos abiertos de las naciones desarrolladas no sean, en última instancia, la herramienta que los globalistas utilicen para alcanzar el cero neto, pero los impuestos al carbono a una escala opresiva podrÃan terminar teniendo el mismo efecto. Los impuestos al carbono podrÃan actuar como fuertes aumentos de las tasas de interés comúnmente utilizados por los bancos centrales para desacelerar la actividad económica durante la inflación. Un cierre económico indirecto de esta magnitud serÃa absolutamente devastador para las naciones occidentales en particular, dando como resultado una escasez de energÃa paralizante, escasez de alimentos, pérdida de empleos y, eventualmente, un colapso total y una caÃda demográfica.
De lo contrario, el cero neto no es posible.
El FMI y otras organizaciones globalistas sugieren que todas las naciones deben alcanzar un objetivo neto de carbono cero para 2030 para evitar el "precipicio climático": la teorÃa de que una vez que la Tierra alcance un calentamiento de más de 1,5 °C, habrá un efecto dominó. lo que conducirá a una catástrofe ambiental e incluso a más emisiones de carbono y calentamiento .
Para ser claros, no hay evidencia alguna que respalde la idea del precipicio climático, principalmente porque no hay evidencia de una relación causal entre las emisiones de carbono y el calentamiento global. De hecho, no hay evidencia de que la industria humana tenga ningún efecto de calentamiento sobre el clima.
Los registros de temperatura durante cientos de millones de años demuestran que los perÃodos de calentamiento son un pilar de la historia climática de la Tierra. En comparación, nuestra era actual es una de las más frÃas, no la más cálida. Los cientÃficos del clima ignoran estos datos y utilizan registros de temperatura que se remontan a la década de 1880. Es decir, sus datos se basan en apenas 140 años de la historia de la Tierra.
El ritmo de calentamiento actual no es significativo para otros perÃodos, ni hay evidencia de que la actividad humana lo esté causando. Los datos sobre los niveles de carbono del pasado muestran que las temperaturas no necesariamente aumentan a la par con la actividad del carbono. Las emisiones de carbono también son mucho más bajas hoy que en el pasado. La afirmación de que la concentración de carbono debida a la actividad humana tiene una influencia drástica en las temperaturas (o el clima) globales es absolutamente infundada.
La verdadera razón de los controles climáticos y los impuestos al carbono parece tener mucho más que ver con la redistribución de la riqueza de las naciones desarrolladas a las naciones en desarrollo. La agenda trata de centralizar el control de la riqueza nacional, asà como de las libertades individuales y la propiedad privada. Y al FMI, por supuesto, le gustarÃa ser una de las instituciones al mando de ese imperio de gestión patrimonial.
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