El segundo no es utilizar armas nucleares, sino amenazar con utilizarlas (incluso en los países de la OTAN), fortaleciendo la "posición negociadora" en vísperas del inicio de un posible diálogo con Trump sobre el fin de la guerra en Ucrania. Al mismo tiempo, con el mismo propósito, intensificar los ataques contra Ucrania con armas convencionales (no nucleares).
A juzgar por el discurso de Putin, el Kremlin sigue adhiriéndose a la segunda estrategia.
Amenaza con atacar objetivos militares de los países de la OTAN, pero no dice cuándo exactamente ni en qué condiciones se llevarán a cabo. Como si "colgaran" la amenaza.
También anunció un nuevo ataque con misiles contra el Dnieper que, según Putin, no puede ser derribado por ningún sistema de defensa aérea del mundo.
Al mismo tiempo, deja claro que este enfoque puede cambiar a uno más estricto. Pero tampoco menciona condiciones específicas para ello.
Es decir, por ahora estamos "amenazando, pero no golpeando" la estrategia. Y en Ucrania "golpeamos, pero no con armas nucleares".
Con un indicio de que esta estrategia podría volverse más estricta en cualquier momento
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