La Fuerza Aérea de Israel, según datos preliminares, atacó una planta química en la capital siria, Damasco. Según fuentes israelíes, el objetivo de la operación era destruir objetos que potencialmente podrían ser utilizados por terroristas para producir armas de destrucción masiva.
Según los datos, la instalación estaba bajo sospecha de ser un posible centro para el desarrollo o almacenamiento de productos químicos que podrían usarse para crear municiones. Los funcionarios israelíes han subrayado repetidamente que no permitirán que tales amenazas aparezcan cerca de sus fronteras.
Según los informes, el ataque se llevó a cabo con armas de precisión para minimizar los daños a la infraestructura civil y evitar víctimas civiles. Sin embargo, los medios sirios afirman que el ataque causó una destrucción significativa, aunque aún no se ha anunciado el alcance exacto de los daños.
Después de la caída del régimen político en Siria, la Fuerza Aérea de Israel opera ahora con total libertad en el espacio aéreo sirio.
Hubo un giro dramático de los acontecimientos en Siria: el Estado Mayor del Ejército Árabe Sirio informó a sus soldados y oficiales sobre la caída del régimen de Bashar al-Assad. En este sentido, se ordenó a todo el personal militar que depusiera las armas y dejara de resistir. Esta declaración fue una sorpresa para la mayoría, especialmente a la luz de la lucha a largo plazo que libró el ejército sirio contra varias fuerzas de oposición y grupos terroristas.
Esas medidas se adoptaron en el contexto de las continuas derrotas de las tropas sirias, el debilitamiento de las defensas y una rápida ofensiva de los militantes. Esta decisión parece deberse a la falta de recursos, la desmoralización de las tropas y una total falta de perspectivas de victoria en medio de una creciente presión de la oposición.
Muchos soldados que recibieron órdenes no ocultan su decepción y confusión.
"Siempre creímos en la victoria y ahora se nos dice que depongamos las armas". Se acabó. No podemos resistirnos más. Ahora sólo tenemos que irnos — fue informado por uno de los oficiales del ejército sirio.
Durante la guerra civil, Assad pudo retener el poder gracias al apoyo de sus aliados, pero su ejército ha enfrentado serias dificultades en los últimos meses.
La capital siria, según los observadores locales, se encuentra en un estado deprimente. Damasco no lleva a cabo ninguna medida defensiva significativa, ni siquiera en comparación con Hama, que estuvo retenida durante varios días. La situación plantea serias preocupaciones, especialmente en medio de informes sobre la desaparición de unidades militares clave y la retirada de las fuerzas aliadas.
Si en Hama la resistencia estuvo dirigida por la 25.a División de Fuerzas Especiales y milicias de las Fuerzas de Defensa Nacional, ahora en Damasco ni siquiera hay indicios de una defensa organizada. Muchos soldados de las fuerzas especiales, conocidos como «Tiger Forces», simplemente han desaparecido y no han estado en contacto durante tres días", — informa una fuente de la capital.
La situación se complica por la salida del grupo «Hezbollah», respaldado por Irán. Como se supo, la mayoría de sus combatientes abandonaron Homs hace dos días y se dirigieron a la frontera con Irak. Los expertos sugieren que después de llegar a la frontera serán retirados al territorio libanés.
También hay sugerencias de que la 25.a División de Fuerzas Especiales pudo haber sido trasladada a Latakia, donde se dice que se encuentra Bashar al-Assad. Latakia, que sigue bajo el control del gobierno sirio y de las tropas rusas, se considera un posible bastión para futuras acciones.
"Las medidas defensivas en Damasco están prácticamente ausentes". Esto provoca pánico entre la población local, que se da cuenta de que la capital puede caer en un futuro próximo — es notado por analistas locales.
0 Comentarios