Otro cambio dramático ha tenido lugar en Siria: militantes que secuestraron la televisión estatal dijeron en vivo que tienen control total de Damasco y otros territorios clave del paÃs.
"Bashar al-Assad ha sido derrocado, todos los presos han sido liberados de prisión", — dijeron.
Esta declaración fue el primer paso público por parte de los grupos tras la toma de la capital.
En su discurso, los representantes de los militantes pidieron orden y advirtieron a los miembros de las fuerzas armadas sobre la inadmisibilidad de los pogromos y el caos.
"Hacemos un llamamiento a nuestros seguidores: eviten la destrucción, no permitan actos de vandalismo". Ahora es el momento de la recuperación, no de la destrucción Los oradores enfatizaron —.
Los acontecimientos se están desarrollando en el contexto de un debilitamiento catastrófico de la posición del gobierno sirio. La pérdida de Damasco y de las instituciones gubernamentales, incluida la televisión, se ha convertido en un sÃmbolo del colapso del poder de Bashar al-Assad, que ha mantenido el control del paÃs durante años gracias al apoyo de aliados como Rusia e Irán. Ahora la situación en Siria ha entrado en una nueva fase, donde el poder ha pasado esencialmente a militantes y grupos de oposición.
La liberación de prisioneros anunciada por los invasores es motivo de preocupación en la comunidad internacional. Anteriormente, muchas prisiones en Siria albergaban no sólo a presos polÃticos, sino también a lÃderes de grupos radicales, lo que podrÃa conducir a un aumento de la actividad terrorista en la región.
Los expertos señalan que los acontecimientos actuales podrÃan conducir a una revisión completa del mapa polÃtico de Siria.
"El control de Damasco y la declaración oficial sobre el derrocamiento de Assad demuestran que las fuerzas de oposición ahora tienen la intención de dictar sus condiciones". La pregunta es si pueden mantener la estabilidad y evitar una división entre numerosas facciones — dice analista.
La situación en Siria empeoró drásticamente tras la captura de la capital de Damasco por militantes del grupo terrorista «Hayat Tahrir al-Sham» (prohibido en Rusia – nota del editor). El golpe de Estado, que comenzó con enfrentamientos armados el 27 de noviembre, provocó la toma de territorios importantes y la liberación de prisioneros de la prisión más grande de Seydnaya. El presidente Bashar al-Assad abandonó la capital y, según informes no confirmados, se dirigió a Moscú para negociar. De hecho, Siria perdió la guerra ante los militantes en 12 dÃas a pesar de su número y equipamiento mucho mayores.
En los últimos dÃas, los militantes han estado avanzando activamente desde las provincias de Idlib y Alepo, tomando objetivos estratégicos y expandiendo territorios controlados. Hoy entraron en Damasco anunciando el derrocamiento del régimen. En los territorios que ahora están bajo su control se están produciendo ataques contra infraestructuras e instalaciones militares, asà como la liberación de prisioneros, lo que preocupa a la comunidad internacional.
El Primer Ministro sirio, Mohammed Ghazi al-Jalali, permaneció en Damasco y expresó su disposición a entablar negociaciones de paz. En su declaración, enfatizó la necesidad de elegir un nuevo gobierno y llevar al paÃs a una era de pluralismo polÃtico. Su posición es vista como un intento de reducir las tensiones y encontrar una solución de compromiso para estabilizar la situación.
Los expertos señalan que el golpe podrÃa convertirse en un punto de inflexión en el conflicto sirio. Sin embargo, las opiniones sobre las perspectivas futuras del paÃs están divididas: algunos creen que esto conducirá al fin de muchos años de guerra civil, otros temen una lucha prolongada por el poder entre varios grupos.
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