Por Dennis Small (EIR)
¿Qué ocurre cuando se combina la arraigada creencia de que el dinero representa mágicamente un valor con la codicia? Se obtiene la fiebre actual por la especulación con criptomonedas.
Las «inversiones» en criptodivisas son un fraude, con tanto fundamento como la famosa burbuja de los tulipanes del siglo XVII o las más recientes estafas en cadena. No tienen respaldo en nada real, y sólo funcionan mientras aparezca el siguiente tonto que haga subir aún más el precio.
Los estadounidenses con ahorros en fondos de pensiones podrían empezar a preocuparse, a la luz de un artículo publicado el 16 de enero en el Financial Times que informa: «Los fondos de pensiones se sumergen en las criptomonedas tras el enorme repunte del bitcoin». Señalan que «los fondos de pensiones se están sumergiendo en la compra de bitcoin, en una señal de que incluso los rincones típicamente tranquilos de las finanzas están encontrando difícil ignorar los rendimientos potenciales de las criptodivisas. Los planes de pensiones de los estados de Wisconsin y Michigan se encuentran entre los principales titulares de fondos bursátiles estadounidenses dedicados a las criptomonedas».
En concreto, «la Junta de Inversiones del Estado de Wisconsin era el duodécimo mayor accionista del ETF de bitcoin de BlackRock a finales de septiembre», señala el artículo. Y «Michigan es el sexto mayor accionista en el ETF ethereum de Grayscale y… también el 11º mayor tenedor en el ETF ARK 21Shares Bitcoin».
El FT informa alegremente de que el precio de las criptomonedas podría duplicarse este año, después de que el presidente electo Trump anunciara su intención de convertir a EEUU en «la superpotencia bitcoin del mundo» y poner fin a una represión regulatoria del sector.
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