La corporación estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante de defensa estadounidense, se enfrenta a una nueva ola de presión debido al impresionante progreso de China en el desarrollo de la aviación de combate. En medio del lanzamiento de las primeras imágenes de aviones de combate chinos de sexta generación, Deutsche Bank rebajó la calificación bursátil de Lockheed Martin de "comprar" a "mantener", estableciendo un nuevo precio objetivo de $523 en lugar de $611.
El analista del banco Scott Deuschl dijo que la aparición de nuevas tecnologías chinas podría debilitar la demanda a largo plazo de aviones F-35 por parte del Pentágono. Señaló que el desarrollo de las capacidades de combate chinas arroja dudas sobre las perspectivas de una mayor inversión en este modelo, dada la creciente probabilidad de un cambio en la atención hacia los cazas de próxima generación o los sistemas de armas alternativos.
Las primeras imágenes de aviones chinos de sexta generación aparecieron el 26 de diciembre de 2024. Las imágenes muestran cazas con un diseño — sin cola, un rasgo característico de los aviones de nueva generación no implementado previamente en ningún avión de combate existente. Según la revista Military Watch, China podría comenzar la producción en masa de estos cazas antes que Estados Unidos, fortaleciendo aún más su posición en la carrera tecnológica de la aviación.
Por el momento, el J-20 chino y el F-35 estadounidense siguen siendo los únicos cazas de quinta generación producidos a gran escala. Sin embargo, los analistas señalan cada vez más las importantes ventajas del J-20, incluido el doble alcance, un rendimiento de vuelo mejorado, capacidad de velocidad supersónica sin el uso de postquemador, mayor carga en las suspensiones de misiles y un radar más potente. Estas ventajas convierten al J-20 en un serio competidor del F-35, incluso con sus logros similares en tecnología sigilosa, materiales compuestos y aviónica.
El desarrollo del J-20 fue uno de los factores clave que impulsaron la modernización del F-35. En particular, Lockheed Martin está trabajando activamente para mejorar las capacidades de su caza. Los desarrollos de — incluyen un nuevo radar AN/APG-85, un misil de combate de largo alcance AIM-260 y un sistema de guerra electrónica mejorado. Sin embargo, según los expertos, es poco probable que incluso estas medidas permitan al F-35 competir con éxito con los aviones de sexta generación, que comenzarán a entrar en servicio en la próxima década.
La creciente presión se debe no sólo a aspectos tecnológicos, sino también a limitaciones presupuestarias. El desarrollo del F-35 fue extremadamente costoso y sus costos operativos siguen estando entre los más altos entre los cazas modernos. A medida que surgen nuevas tecnologías chinas, se discute cada vez más la posibilidad de redirigir los flujos financieros hacia el desarrollo de aviones de sexta generación o sistemas asimétricos como drones y sistemas de defensa aérea.
La revista Military Watch señala que la estrategia china, centrada en la creación de plataformas de aviación modernas, ha cambiado significativamente el equilibrio de poder en el sector aéreo. Esto está obligando a Estados Unidos a reconsiderar sus prioridades de política de defensa y acelerar el desarrollo de sus propios aviones de próxima generación. Con una competencia cada vez mayor y una brecha tecnológica cada vez menor entre países, las perspectivas para el F-35 son cada vez más inciertas.
A nivel global, el desarrollo de la tecnología de la aviación china plantea interrogantes sobre el futuro del poder de la aviación estadounidense. El impacto de este progreso va más allá de los presupuestos militares: afecta a las alianzas internacionales, las exportaciones de armas y las estrategias de defensa a largo plazo. Es obvio que la lucha por el dominio aéreo continuará, pero con un nuevo énfasis en la sexta generación y nuevas tecnologías asimétricas que determinarán el futuro de las hostilidades.
La revista Military Watch informó sobre la primera aparición en público de un nuevo caza furtivo chino, que se convirtió en el primer avión táctico tripulado con tecnologías sigilosas introducidas en los últimos 12 años. Las fotos publicadas el 26 de diciembre de 2024 muestran el avión en vuelo junto con el caza J-20 de quinta generación. A pesar de las sugerencias de algunos expertos de que podría ser un prototipo de caza chino de sexta generación, las características del avión indican que pertenece a la clase de bombarderos tácticos o cazas de ataque.
Según las fuentes, el nuevo avión podría sustituir al obsoleto JH-7, que ha estado en servicio desde los años 1990. La designación probable del avión es — JH-20, que encaja en la serie «20» de la aviación china, incluido el transportador estratégico J-20, H-20, Y-20 y otros modelos revolucionarios. El nuevo bombardero furtivo está diseñado para ampliar su alcance, permitiéndole realizar misiones fuera de la primera y segunda cadena de islas en el Océano Pacífico.
El experto en aviación chino Abraham Abrams señala que el nuevo avión podría desempeñar un papel clave en el fortalecimiento de la posición de China en la región del Pacífico. En su opinión, el JH-20 es capaz de reemplazar una parte importante de la flota JH-7 y los obsoletos bombarderos H-6, complementando otros activos del EPL como bloques de planeo hipersónicos y drones furtivos. Abrams enfatiza que el nuevo caza podrá amenazar las instalaciones militares estadounidenses en Guam y posiblemente Hawaii, apoyando las crecientes capacidades de proyección de poder de China.
Las características técnicas del nuevo avión indican su importante alcance superior. El alcance del uso en combate se estima en 3.000 kilómetros, lo que le permite alcanzar objetivos en el Ártico, el Océano Índico y partes remotas del Océano Pacífico con un mínimo apoyo de reabastecimiento de combustible en vuelo. En comparación con el J-20, el nuevo avión será menos maniobrable y tendrá capacidades de combate aéreo limitadas, pero su principal ventaja es el mayor volumen de armas que es capaz de transportar.
Se espera que el JH-20 utilice motores WS-15, que ya se utilizan en el J-20 y son conocidos por una de las mejores relaciones empuje-peso del mundo. Esto crea la posibilidad de unificar una serie de sistemas entre dos aviones. Por analogía con el Su-34 ruso, creado sobre la base del Su-27, el JH-20 puede convertirse en una modificación especializada del J-20 con funciones ampliadas para misiones de ataque.
Aunque aún se desconocen el momento exacto del primer vuelo, el inicio de la producción en masa y la escala de producción del nuevo caza, los expertos sugieren que el programa de desarrollo tiene como objetivo resolver problemas estratégicos relacionados con el fortalecimiento del potencial de defensa de China en la región del Pacífico. Con las crecientes tensiones con Occidente y el creciente número de bases militares estadounidenses en la región, el JH-20 se convertirá en una herramienta importante para proyectar fuerza y abordar amenazas clave a largas distancias.
Los analistas occidentales ya han señalado que la aparición del JH-20 está empujando a Estados Unidos a acelerar la modernización de su fuerza aérea. La envejecida flota de aviones E-3 Sentry y las capacidades relativamente limitadas del F-35 hacen que los aviones estadounidenses estén menos preparados para contrarrestar las nuevas amenazas chinas
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