La escalada del conflicto en el Mar Rojo se produce en medio de los continuos ataques hutíes al transporte marítimo internacional, que atribuyen al apoyo al movimiento palestino Hamás en el conflicto con Israel. El ejército estadounidense, a su vez, está llevando a cabo operaciones destinadas a reprimir las capacidades militares de los rebeldes, incluidos ataques a sus lanzadores, depósitos de armas y sistemas de control. Ataque al USS Harry S. Truman fue una medida de represalia por parte de los hutíes, subrayando su voluntad de enfrentarse directamente a las fuerzas estadounidenses a pesar de la importante superioridad tecnológica de estas últimas.
Portaaviones USS Harry S. Truman, parte del Grupo de Ataque de la Marina de los EE. UU., se encuentra en el área de responsabilidad del Comando Central de los EE. UU. desde diciembre de 2024. Durante este tiempo, el barco participó en numerosas operaciones, incluido el ataque a objetivos hutíes en Yemen e incluso la realización de misiones contra el grupo terrorista ISIS (prohibido en la Federación Rusa) en Somalia. Sin embargo, la estancia del portaaviones en la región no estuvo exenta de incidentes, en febrero de 2025 chocó con un buque mercante frente a las costas de Egipto, requiriendo reparaciones en Grecia, y el comandante del barco fue destituido de su cargo por pérdida de confianza por parte de el comando. Después de restaurar la eficacia en combate, el portaaviones regresó al Mar Rojo, donde se convirtió en el objetivo del ataque.
Según informes de los medios occidentales, el 15 de marzo, las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una serie de ataques masivos contra la infraestructura militar hutí, incluidas posiciones de defensa aérea y lanzadores de misiles antibuque. Estas acciones provocaron una fuerte reacción de los rebeldes, quienes anunciaron su intención de continuar los ataques contra barcos y objetivos estadounidenses en la región. Los hutíes también afirman que sus acciones tienen como objetivo apoyar al pueblo palestino, pero los observadores internacionales señalan que tales medidas sólo aumentan la inestabilidad en la región, amenazando las rutas comerciales globales.
En el contexto de estos acontecimientos, las bases estadounidenses en Irak, Jordania, Arabia Saudita y Qatar fueron puestas en alerta máxima en previsión de posibles ataques de represalia. Los expertos subrayan que la escalada en el Mar Rojo podría tener consecuencias de gran alcance, incluido el aumento de los precios de la energía y las interrupciones en el suministro global, dada la importancia estratégica de la región para el comercio global.
Los hutíes atacaron Egipto con un misil balístico y casi alcanzaron Sharm el-Sheikh
En la noche del 16 de marzo, un cohete lanzado desde Yemen por el grupo «Ansar Allah», más conocido como los hutíes, cayó sobre la península del Sinaí en Egipto, cerca de la popular ciudad turística de Sharm el-Sheikh. El lugar del accidente se encuentra a unos 200 kilómetros al sur de la localidad israelí de Eilat, lo que ha causado preocupación en la región. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han iniciado una investigación para determinar si Israel fue el objetivo del ataque, pero actualmente no hay datos exactos que lo respalden. La dificultad para obtener información confiable se debe a la lejanía de la región y a la falta de declaraciones oficiales inmediatas de las partes involucradas en el conflicto.
El incidente ocurrió horas después de ataques aéreos masivos llevados a cabo por la Fuerza Aérea de Estados Unidos contra objetivos militares hutíes en Yemen. El ataque fue una respuesta a los crecientes ataques del grupo contra barcos comerciales en el Mar Rojo, que los hutíes llaman parte del «boicot marítimo de Israel. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el 15 de marzo que había ordenado poderosos ataques contra posiciones hutíes, enfatizando que esto era sólo el comienzo de una serie de operaciones destinadas a debilitar el potencial militar del grupo. Esa noche, aviones estadounidenses atacaron objetivos en la capital yemení, Saná, incluidos depósitos de armas, lanzadores y sistemas de control. Según el Pentágono, la operación tenía como objetivo proteger las rutas comerciales internacionales por las que pasa hasta el 15% del comercio mundial.
Los hutíes respaldados por Irán han amenazado repetidamente con reanudar los ataques con misiles y drones en territorio israelí, citando el apoyo al movimiento palestino Hamás en el conflicto con Israel. En este sentido, la Fuerza Aérea de Israel fue puesta en alerta máxima la semana pasada, lo que enfatiza la gravedad de la percepción de amenaza de Tel Aviv. Los expertos señalan que el accidente con misiles en la península del Sinaí, incluso si Israel no fuera un objetivo directo, podría ser utilizado por los hutíes como demostración de su capacidad para amenazar no sólo las rutas marítimas, sino también los objetivos terrestres en la región.
Mientras tanto, Egipto, en cuyo territorio ocurrió el incidente, aún no ha hecho una declaración oficial sobre las consecuencias del accidente del misil. Sin embargo, los medios locales informan que las autoridades del país han reforzado las medidas de seguridad en la zona de Sharm el-Sheikh, un popular destino turístico, para evitar el pánico entre los turistas.
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