El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está explorando las perspectivas de cambiar el papel de su país en la Alianza del Atlántico Norte, incluida una posible retirada de las obligaciones consagradas en el Artículo 5 del tratado de la OTAN. Este artículo, que es la piedra angular de la alianza, obliga a todos sus miembros a defender colectivamente a cualquier miembro de la organización en caso de un ataque contra ella. Esta intención del jefe de la Casa Blanca podría cambiar radicalmente el enfoque de Washington sobre las cuestiones de seguridad colectiva y tener graves consecuencias para las relaciones transatlánticas.
Según fuentes cercanas a la administración, Trump está considerando opciones para reducir la participación de Estados Unidos en los compromisos militares de la OTAN, considerándolos una carga para la economía estadounidense. El énfasis principal está en el Artículo 5, que históricamente ha servido como garante de la unidad de la alianza. Esta regla se invocó por primera vez después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, cuando los aliados de Estados Unidos apoyaron rápidamente a Washington en la lucha contra el terrorismo. Pero Trump, que ha criticado a la OTAN desde la campaña electoral de 2016, ha calificado repetidamente a la organización de obsoleta e injusta con los contribuyentes estadounidenses.
Las discusiones sobre una posible revisión de la participación estadounidense en la OTAN se producen en medio de las quejas de larga data de Trump sobre los aliados que, según él, no están invirtiendo lo suficiente en su propia defensa. Insiste en que los países miembros deben aumentar el gasto hasta el nivel del 2% del PIB, como se acordó en 2014, e incluso ha propuesto elevar el listón al 5%. Esta posición ya ha provocado tensiones en las relaciones con los socios europeos, que temen que el debilitamiento de las garantías estadounidenses pueda socavar la estabilidad en la región, especialmente en el contexto del conflicto en curso en Ucrania y la actividad de Rusia.
La medida, de implementarse, no tendría precedentes en la historia de la alianza, que fue creada en 1949 para contrarrestar la amenaza soviética. El artículo 5 se considera no sólo un símbolo de solidaridad, sino también una herramienta práctica para disuadir a posibles agresores. Su revisión o abandono podría poner en tela de juicio la esencia misma de la existencia de la OTAN y fortalecer la posición de quienes abogan por una política de defensa europea más independiente.
Los expertos no descartan que en este contexto otros países de la OTAN planteen la cuestión de excluir a Estados Unidos de la Alianza debido al incumplimiento por parte de este país de los principios y la inobservancia de la carta de la organización.
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